lunes, 19 de julio de 2010

Artículo de Robby Ralston, publicista

Bovary y el grifero
Robby Ralston
EL COMERCIO, 2009

Estábamos en el pequeño grifo de algún pequeño pueblito a medio camino entre Huancayo y Tarma. La familia en pleno bajó a estirar las piernas y mientras el grifero nos despachaba combustible, le pregunté qué era lo que escuchaba en su radio a tanto volumen.

--Es Madame Bovary, señor --dijo entusiasmado--. Acaba de empezar en "Mi novela favorita".
Los minutos que estuvimos ahí fueron suficientes para que Cata, Marina, Jessica y yo quedásemos enganchadísimos con la trama. Sintonizamos RPP en el auto y continuamos viaje en la mágica compañía de la novela de Flaubert, comentando los acontecimientos en cada corte comercial.

Ya pasó casi un año de este primer encuentro con "Mi novela favorita" y no dejo de pensar en la potencia de una idea tan simple como esa en manos de un medio con tanto alcance como RPP. ¿Cuándo antes un grifero, un gasfitero o un chofer de combi conoció la historia de Bovary? Nunca.

Hoy esa cultura clásica está al alcance de todas las clases sociales del país. Y repito "de todas las clases" porque poder pagar un libro no significa que todos puedan o quieran ser lectores. Muchos comparan la nueva generación con la de nuestros abuelos y concluyen: los jóvenes no leen libros, ergo son ignorantes. Yo lo dudo.

Me pregunto: ¿Cuántas páginas tenía el diario que leían los abuelos? ¿Cuántas revistas había? ¿Cuántos documentales vieron? ¿Cuántos blogs leían, cuántos websites visitaban, cuántos mails les llegaban diariamente?
Es otro mundo, otro mercado. Otro consumidor. Este consumidor lee tanto o más que los de antes, pero no solo lee libros. Antes se leía para aprender y también para entretenerse, hoy hay otros formatos igual de interesantes y entretenidos. ¿Ignorantes? Yo lo dudo: a los 18 tienen más información que ninguna otra generación.

Soy lector y he inculcado el hábito en mis hijas, pero reconozco que el medio no es el mensaje. ¿Se trata de que lean libros o que reciban la cultura? En lo particular, me gusta tanto cuando ellas leen como cuando ven Discovery, History, Biography, o --volviendo al tema-- cuando escuchan "Mi novela favorita".
Quizá muy pocos chicos tengan los medios o el tiempo para disfrutar la literatura clásica. Quizás muy pocas personas tengan la base necesaria para enfrentarse a un libro de dos tomos. Pero gracias a "Mi novela favorita", hoy pueden entender el drama del jorobado de Notre Dame o el heroísmo de Miguel Strogoff. Si se trata de promover la cultura, RPP nos está enseñando el camino. En lugar de promover el libro (¿por qué no el papiro o el pergamino?) RPP ha "sintonizado" con el consumidor y ha adaptado el contenido cultural al formato que él prefiere. Eso es márketing del mejor y la cultura merece marketearse así.

Siempre habrá un mercado de consumidores para el libro, pero la cultura debería independizarse de cualquier formato y ensayar caminos mucho más universales; de esos que pueden hacer que un grifero, un publicista y sus respectivas familias, disfruten de Madame Bovary.

lunes, 12 de julio de 2010

Cualquier tiempo pasado... ¿fue mejor?

¿Aprenderemos alguna vez los padres a no ponernos en los zapatos de nuestros hijos? Creo que por los siglos de los siglos, aleluya!, los padres tenemos esa inhumana tendencia a usar dos frases célebres: "yo, a tu edad, ...." y la otra, "si yo hubiera tenido la vida que tú tienes ahora....". Premisas desde luego que son soberanamente falsas y peor aún, autodestructivas.

Mano en el corazón y analicemos los casos.

1) Yo, a tu edad...
Resulta que si tuviéramos una colección de todos estos testimonios, todos -me incluyo- seríamos personajes que han pasado un cúmulo de sacrificios gigantescos, han sido infelices como nadie, han vivido en carne propia una vida digna de la Beatita de Humay y han tosido más que Margarita Gautier -la recordada Dama de las Camelias-. De hecho, no estoy desvalorizando la vida de nadie, ni tampoco tengo la intención. Pero los chicos no tienen la culpa de que la historia avance a pasos agigantados y que sus padres pertenezcan a una generación que ha pasado de la máquina de escribir mecánica al Blackberry, y siguen asombrándose. Ellos no tienen la culpa de la globalización, y de que mientras nosotros teníamos que esperar un año , para ver una película gringa, ahora ellos pueden verla antes de su estreno.

Nosotros a SU edad no estábamos bombardeados de imágenes, tecnología, publicidad, delivery y cuando hay. Efectivamente, nosotros íbamos en búsqueda de los cosas. Ellos las tienen a la distancia de un pulgar (tema que tocaré en un futuro post). Solemos pues, usar un tono para despertar la culpa en ellos... ante una frase que suena a...: no sabes cómo he sufrido... tú no entiendes... Claro, cualquier adolescente que nos escucha debe pensar: ¡qué aburrida era tu vida! ¡con razón te quejas todo el día! ¿de qué me estás hablando? ¡otra vez con el mismo rollo!.
2) Si yo hubiera tenido la vida que tú tienes ahora...
No la tenemos, no es posible imaginarla. Nos tenemos que convencer. Esa premisa es una trampa, es peor que el laberinto del Fauno... Estamos planteándole a nuestros chicos una posibilidad inexistente en tiempo y espacio. Una posibilidad que propone un gran autor colombiano -recomendable a ojo cerrado- Héctor Abad. Él habla de que los seres humanos solemos darle mucha importancia a los "posibles ex futuros". Es decir, pensar en todas las posibilidades de futuros posibles si hubiéramos tenido otra vida: si hubiera tomado X decisión, si hubiera aceptado tal propuesta, si yo fuera él... Y claro, resulta un ejercicio delicioso y casi novelesco, porque en ese momento nuestra creatividad super cualquier límite. El problema viene cuando esa creatividad la usamos con nuestros hijos y pontificamos sobre posibles "usos" le podríamos dar a SUS vidas, que no son, ni se parecen a las nuestras.
Confesemos, si nosotros tuviéramos la vida que tienen nuestros hijos ahora estaríamos como "cuy en feria".
Conclusión: sigamos usando las frases... pero tratemos que sea con menor frecuencia y que lleve un contenido creíble.

martes, 6 de julio de 2010

Un nuevo comienzo -en el Día del Maestro-

para los tres, como siempre
A través de esta nueva aventura doy inicio a un nuevo Blog. Le he dado una pausa a mi otro blog www.enpuntomuerto.blogspot.com puesto que siento que cumplió un ciclo y decidí darle una pausa, una larga siesta. Hay que renovar, el jardinero de mi casa me dijo un día: "renovar es vivir". Este filósofo de la naturaleza me enseñó que hay que remover raíces y sembrar nuevos proyectos.

Me robo de mi Blog anterior, algunos artículos que salen de la sección "El valor de educar", título que le robé descaradamente a Fernando Savater.

Ingredientes hay varios: consejos, anécdotas, ideas, frustraciones, artículos... todo aquello que se pueda compartir con los lectores que estén interesados en la aventura de acompañar a los adolescentes en su sano camino para alcanzar la llamada madurez.
Después de casi veinticinco años de estar en la enseñanza hay mucho pan para compartir, para seguir aprendiendo, para seguir viviendo, porque en el aula se respira VIDA!